25 de abril de 2009

Un tambor diferente

Si un hombre no marcha a igual paso que sus compañeros, puede que eso se deba a que escuche un tambor diferente. Que camine al ritmo de la música que oye, aunque sea lenta y remota. No importa que madure con la rapidez del manzano o del roble (Thoreau, "Walden")

Revisando una libreta encontré este fragmento.

Hace dos días escuché por primera vez en directo los Cuatro últimos Lieder de Richard Strauss, con la soprano Melanie Diener y la RFG. Volví a tener la sensación de que es una musica consagrada a una despedida. Las últimas frases, llenas de agradecimiento y amor por lo que se ha vivido, no siempre fácil.

Leo El sonido es vida, de Daniel Barenboim. Habla, por ejemplo, de la necesidad de que el músico tiene que tocar y escuchar simultáneamente. Y establece muchos paralelismos entre la música y otros aspectos de la vida.

Por mi parte, ahora intento aprender a seguir las voces que coinciden en una misma pieza, los diálogos de la polifonía, el contrapunto, las idas y venidas de una fuga. Sólo soy capaz de empezar a seguirlos si toda mi atención está exclusivamente en la música. Si no es así, tropiezo y me caigo. No es fácil ejercitar la concentración.