25 de mayo de 2011

¿Qué es un día logrado?

De pronto, un día (una noche) una voz silenciosa va atravesando, sin esfuerzo, las horas. Y el tiempo tiene otra duración.  

Toda la realidad es sagrada cuando la contemplamos con piedad, escucho en la radio del coche. Nunca entiendo bien el significado de piedad, pero me gusta sustituir esa palabra por atención, por concentración. O por silencio. Toda la realidad es sagrada cuando la escuchamos. Por eso la charlataneria no tiene disculpa.

Me hubiera gustado mucho escribir aquí sobre mi experiencia en un concierto al que no pude ir: el domingo tocaba el pianista Aldo Ciccolini. Esperaba ese concierto desde hace semanas, pero no pudo ser. Así que pienso en como sonaria esa música. Solo puedo recrear ese tiempo.

Hoy, de pronto, tuve que estar cerca de mis libros de Peter Handke, para buscar un título precioso: Ensayo sobre el día logrado. Un libro de texto.

Y después, como en un acto reflejo, pensé en el final de un libro inaccesible para mi (pero del que recibo destellos poderosos cada vez que vuelvo a él): el Tractatus logico-philosophicus de Ludwig Wittgenstein.
Su última proposición es:

De lo que no se puede hablar, hay que callar la boca.