Un viajero (el escritor Julio Llamazares) que se dedica a recorrer la región de Trás-os-montes en el norte de Portugal se dice a si mismo:
Como no se vaya pronto, nunca saldrá de Vidago.
Sé donde está Vidago en un mapa. Pero no lo conozco. Me gusta esa expresión: quedar atrapado en una tela de araña que uno mismo anudó. No salir de Vidago tras viajar allí con cuidado y decisión. Con determinación y también con libertad. Y solo pronunciar esa frase, aunque se vaya, ya es síntoma de que Vidago será inolvidable y de que habrá una red tejida por la memoria.
Llegó el momento. Iré a conocerlo.