20 de febrero de 2013

Me parece bien

Sé dónde estás por ese olor.
Una vara de madera, oscura y curvada sobre sí misma.

Sentada en el borde de la cama, una mujer mayor
observa una pared de la habitación. Está repleta de fotografías,
las mira desde lejos porque las reconoce con la memoria.

Un hombre casi sumergido en una pequeña piscina de agua caliente. Es de noche
y cuesta verle entre el vapor del agua. La cara apoyada entre las manos,
los codos apoyados en las piernas, nadie a su alrededor.

Alguien que acerca su piel a una piedra color arena que desprende un calor intenso.
Sin otra luz, lo siente a través de la mano y la cara, por momentos parece que con los ojos. Bajo ese contacto parece calmarse.

Me parece bien, dices (aunque no haya nadie y aunque eso no signifique nada).

Acaricias la vara de madera hasta tocar los extremos y al alejarla y acercarla
el olor corre por ella.