25 de junio de 2012

Una nota pegada en la nevera

Había oido la historia, siempre contada de una manera más o menos parecida: algo de la poesía moderna surgió cuando William Carlos Williams consideró como poema una breve nota dejada a su esposa acerca de las ciruelas que se había comido por la mañana. Era una nota de esas que se dejan encima de la cocina, o pegada a la nevera. Esta tarde de pronto lo recordé.

Y fuí a ver mi nevera. Pegada en su puerta una nota manuscrita: y mis besos. Más una inicial (ningún nombre completo, solo una letra). Escrito en un gran papel blanco. Y junto a eso una etiqueta de un queso de cabra que quería volver a comprar y una pegatina que dice Nunca Mais.

Si pienso en pequeñas notas sobre ciruelas, besos y nunca máis, siento cerca los poemas de Bernardo Atxaga. Abro al azar Nueva etiopía y encuentro Hi hintzena, Lo que tú eras. Atxaga es el que escribió esa preciosa nota para dejar sobre la mesa de la cocina, sobre la de la cena, sobre la cama, sobre cualquier lugar:

Necesito un largo día finlandés; 
tan largo 
como cuarenta días corrientes. 
Quiero un día finlandés 
para seguir hablando contigo.

Siempre tengo la sensación de que Atxaga sabe de qué van las cosas. Habla de los exploradores y de los viajeros que se adentran en lo desconocido:

Qué otra cosa podría ver un explorador cansado
dentro de los límites de un metro cuadrado de tristeza,
sino Caminos que los limoneros acompañan, sino Colinas
y ondulados Campos donde el vino ya se presiente.

A veces pienso que se está haciendo tarde para salir a caminar. A veces no.

Pero habrá que decidirlo pronto, mientras quede la luz del día, o la de la noche, todavía más luminosa. Y observar con la atención que solo la falta de metáforas permite. Por eso antes de nada estaría bien salir ahí fuera y romper sus vínculos, desajustarlas en lo más íntimo hasta hacerlas inservibles. Y si no hay metáforas solo queda aquello que podemos apreciar, una escucha sin jerarquías. Y entonces lo poético puede que tome otro rumbo, uno más propio en el que no se envían rutas ni trazados hacia otros lugares.

Así que esta noche voy a intentar escuchar con toda la precisión que pueda lo que dicen los tres poemas de la nevera. Lo que dicen y a qué saben.