25 de abril de 2008

Por qué me gusta ir a los conciertos











Estas son algunas de las razones que tengo anotadas.
Por percibir los silencios, que existen de manera muy diferente que en las grabaciones. Por escuchar los diálogos que propone la partitura: entre instrumentos, entre ritmos, entre una parte recordada y otra que está sucediendo. Por sentir el apaciguamiento mental y físico que ocurre cuando estoy sentado en la butaca, con la única tarea de intentar escuchar. Por vivir la experiencia de que una persona en el escenario, sola, tenga en vilo y en silencio a todo un auditorio, como en el concierto de la violonchelista Natalia Gutman. Porque la música abre los poros, despierta, nos pone en contacto con lo mejor de uno porque nos dispone a la atención.
Ayer, un conocido que me encontré en el concierto me dijo cuando nos despedíamos: se te envicionas nesto, produce saúde.