22 de abril de 2008










Que lugar tan raro. Entiendo la incomodidad de escribir en un blog. ¡Dímelo a mí!. El verano pasado le conté a un amigo que tenía pensado abrir un blog personal. Cuando llegué a casa en septiembre lo cree: se llamaba qué lugar tan raro. Y empecé a darle forma con un esquema muy sencillo: cada entrada se componía de una foto y un texto. Trabajé en él durante un cierto tiempo, quería tenerlo bastante construido antes de dar la dirección. Y cuando me pareció que ya estaba listo... entonces me invadió el pudor, la insatisfacción, el miedo o quien sabe qué. Y nadie tuvo esa dirección. Por eso, aunque ahora me decido a participar en este espacio, nuevo para mí, comprendo la aparente incomodidad de escribir algo que tiene parte de personal, sin saber quien lo va a leer. La fotografía de esta entrada fue la última que subí a aquel blog. Le falta el texto, pero esa es otra historia. Después de hacer esta entrada eliminaré qué lugar tan raro.