17 de enero de 2012

Lo que me dijo

Recuerdo el olor de aquella casa.

Me dijo que le gustaba cocinar al vapor porque el vaho que inundaba la cocina convertía la casa en un hogar.

Incluso empañaba sus gafas.

No era una mujer joven, sus hijos ya eran mayores. Vivía sola. Ahora, no había exigencias con la vida, como mucho algunas búsquedas.

Apenas tuve tiempo de tratarla, pero sentados a la mesa de la cocina me pareció que olía al fuego de una chimenea.

Cocinaré al vapor.

Volveré a leer a Antonio Gamoneda:

Tengo frío junto a los manantiales. He subido hasta
cansar mi corazón.

Hay yerba negra en las laderas y azucenas cárdenas
entre sombras, pero, ¿qué hago yo delante del abismo?

Bajo las águilas silenciosas, la inmensidad carece de
significado.