26 de diciembre de 2011

Huesos huecos

Hace unos pocos años un buen amigo envió una felicitación de navidad. Había una fotografía en la que un pulpo intentaba sobrevivir en el fondo de un gran cubo de plástico, aunque en realidad parecía rendido. Y había un pequeño texto que, según lo recuerdo, decía

feliz no sé qué

A pesar de tanta queja sobre estas fechas, me sigue sorprendiendo que la bandeja de entrada del correo empiece a acumular felicitaciones de gente a la que jamás hubiera imaginado emocionarse por la presencia de un milagro bíblico...

Pero hoy me llegó una que me hizo detenerme en ella.
También había una foto, pero de un mirlo, solo, en mitad de un campo. Y había un texto con un poema de Rimbaud en francés y traducido al castellano. La traducción no me gustó pero el poema sí. Se titula Sensation y voy a copiarlo en su lengua original. Si se entienden las palabras tendrá un significado y si no se comprenden pero se lee con atención musical, también tendrá un sentido.

Par les soirs bleus d'été, j'irai dans les sentiers,
Picoté par les blés, fouler l'herbe menue:
Rêveur, j'en sentirai la fraîcheur à mes pieds.
Je laisserai le vent baigner ma tête nue.

Je ne parlerai pas, je ne penserai rien:
Mais l'amour infini me montera dans l'âme,
et j'irai loin, bien loin comme un bohémien,
par la Nature, -heureux comme avec une femme.

Ahora miro el mirlo. Merlo se dice aquí.
Cuando el fotógrafo japonés Masahisa Fukase se enfrentó a una de las etapas más negras de su vida se retiró a fotografiar cuervos en mitad del campo. Aves negras que antes fueron blancas.

Los pájaros. Todas las aves. Las plumas, huesos huecos para que puedan ser dueños de la ligereza.

Si hubiera que felicitar algo podría ser el que las aves vuelvan a volar.
Y eso ocurre todo el año. Pero es cierto que cuando se acerca la primavera se las puede ver con más decisión buscar lugares y viajes. Sus Grandes Rutas. Así que tal vez envíe una tarjeta de felicitación a las bandejas de entrada por el final del invierno.