1 de diciembre de 2011

Maneras de decir la compañía

Flotar en el espacio, a través de la ingravidez.
Moverse con pasos lentos y pesados, viajar en medio una luz brillante y sin reflejos, con la sensación continua de adentrarse.
En lo desconocido, en el laberinto de las órbitas. En silencio. Al ritmo de una música que nos guía hasta algún mecanismo que enciende sus luces para señalar la posición. Igual que una nave espacial atraca en su puerto de destino.

Pienso en el baile de 2001: una odisea del espacio, de Stanley Kubrick. El silencio y los pasos lentos de la tripulación, su soledad. El viaje de una nave.

Ser adulto es estar solo, declaraba Rousseau.
Leo a Manuel Cruz en un libro que nunca consigo terminar. Ayer di con este párrafo:

No queda más opción que el aprendizaje de la soledad, que el esforzado trabajo interior de no identificar soledad con abandono, de aceptar que la compañía de los demás se dice de muchas maneras.