4 de abril de 2012

Donde debe estar

Escucho algunas canciones de Rodrigo Leao que estos últimos días llegan por caminos distintos.

Pocas veces me sentí cerca de su música, y aun menos cuando lideraba Madredeus (aunque ellos cantan en Lisboa Story de Win Wenders y solo por eso merece la pena volver a intentar escucharlo).

Y en una de sus canciones:

Mi corazón está ahí,
donde debe estar,
batiendo fuerte en el pecho

Justo ahí recordé la conversación con un buen amigo hace pocos días. Me contó que en la despedida de una persona a la que quería, ella le pidió las manos y también le pidió que cerrara los ojos. Fueron unos segundos en los que ella las sujetó entre las suyas, cerca de su ropa, cerca de su bolso.

E. me contó que no había notado más que ese contacto. Pero cuando se las devolvió, entre sus dedos venía el olor que ella había llevado durante toda la tarde. Le había traspasado su olor.