5 de febrero de 2012

Un gato en un piso vacío

Morir -eso, a un gato, no se le hace.
Porque, ¿qué puede hacer un gato

en un piso vacío?
Subirse por las paredes.
Restregarse contra los muebles.
Nada aquí ha cambiado,
pero nada es como antes.
Nada ha cambiado de sitio,
pero nada está en su sitio.
Y la luz sigue apagada al anochecer.

Se oyen pasos en la escalera,
pero no son los esperados.
Una mano deja pescado en el plato
y no es, tampoco, la de antes.

Algo no empieza 
a la hora de siempre.
Algo no sucede
según lo establecido.
Alguien estaba aquí, estaba siempre,
y de repente desapareció
y se empeña en no estar.

Se ha buscado ya en los armarios,
se han recorrido los estantes.
Se ha comprobado bajo la alfombra.
Incluso se ha roto la veda
de esparcir papeles.
¿Qué más se puede hacer?
Dormir y esperar.

¡Ay, cuando él regrese,
ay, cuando aparezca!
Se enterará de que ésas no son maneras
de tratar a un gato.
Como quien no quiere la cosa,
habrá que acercársele,
despacito,
sobre unas patitas muy muy ofendidas.
Y, de entrada, nada de brincos ni maullidos.

Wislawa Szymborska escribió este poema en 1993 para su libro Fin y principio. Szymborska murió este miércoles 1 de febrero. Tenía 88 años. Supe de su poesía cuando el periódico dijo en 1996 que el nobel de literatura era para una poeta polaca de la que nada sabía. Pero en el mismo periódico había unos versos inclasificables y llenos de intensidad. A los pocos meses, en marzo de 1997, leí en todas las direcciones posibles su antología Paisaje con un grano de arena. Su poesía me curó. Desde entonces, los tres libros que tengo de ella están en primera fila de la mejor estanteria, de la más luminosa.

Da igual por donde se empiece a leerla, siempre hay una conexión con lo más valioso hecha desde la cotidianeidad, el desamparo y también el humor y la ironía. Por ejemplo, la página que está al lado del poema que he copiado empieza así:

No guardo rencor a la primavera
por haber vuelto.
(...)

Comprendo que mi tristeza
no detendrá su verdor.
Si la hierba vacila
se debe sólo al viento.